martes, 27 de septiembre de 2011

¿Tú también quieres creer que la violencia de género se debe a problemas psicológicos?

Antes de nada te invito a leer el siguiente artículo publicado en Europa Press, el pasado mes de agosto.

http://www.europapress.es/epsocial/igualdad-00328/noticia-mas-72-espanoles-cree-violencia-machista-debe-problemas-psicologicos-14-justifica-20110802125649.html

Te diré que yo personalmente no estoy de acuerdo con este tipo de afirmaciones.
No creo que se deba reducir el problema limitándolo a factores psicológicos; para mí la formación y la reeducación en valores es el pilar fundamental, la base de buena parte de la solución al problema.

La prevención de la violencia contra las mujeres no puede ser una actuación aislada, debe ir unida a la prevención de la violencia en general y paralela a la prevención y erradicación de las diferencias de género.

Se hace necesario modificar las pautas sociales y culturales de comportamiento basadas en la idea de inferioridad o superioridad de uno de los dos sexos y en la atribución de papeles estereotipados a la mujer y al hombre, a la vez que se elimina el uso de la violencia como vía de resolución de conflictos.
Bajo mi punto de vista, el proceso parte de la reeducación en valores de todo el conjunto de la sociedad y para ello no podemos limitarnos a la educación únicamente desde el punto de vista académico. Se ha de conseguir que en este proceso interactúen todos los elementos de la sociedad, desde cualquier ámbito profesional, pasando, claro está, por los medios de comunicación, vehículo de transmisión de ideas de y para las masas hasta llegar al seno de las familias, retornando al ámbito de lo privado en un intento por hacer universal la creencia de que los hombres y las mujeres somos iguales y como iguales hemos de ser reconocidos, que no como idénticos ya que no somos intercambiables.

La igualdad no ha de suponer la eliminación ni la supresión de las diferencias ya que éstas deben darse puesto que existen, lo que se ha de buscar es la supresión de la discriminación amparándose en la desigualdad.

¿Y si no nos limitáramos a "desprogramar al maltratador" sino que en los primeros años habláramos de programar –educar- en emociones, socialización y lenguaje?
Cuando los/as niños/as empiezan a formar su personalidad, expresan sus emociones a partir de los patrones establecidos socialmente, basados en la distinción según género: los niños son fuertes, no lloran… Es importante lograr que sean capaces de diferenciar el amplio espectro de sentimientos que se conocen, que los identifiquen en los demás –comunicación no verbal- , que comprendan que no existen sentimientos distintos para niños y niñas y que han de saber reaccionar positivamente ante ellos: no es malo sentirse enfadado/a, pero sí lo es si, por ello, reaccionamos violentamente.

Por otra parte, en el refuerzo de su personalidad juega un papel importante el grado de autoestima que alcancen: en estas edades es muy importante valorar tanto la opinión que uno/a tiene de sí mismo/a como la que recibe de los demás, de su entorno más próximo (familiares, amigos/as, compañeros/as de clase, etc.). Para trabajar la igualdad, en este punto se hace muy interesante trabajar el tema de la asignación de roles y el intercambio de papeles: los chicos como chicas y viceversa. Al formular determinadas preguntas serán capaces de extraer conclusiones: ¿cómo se han sentido?, ¿qué trato han recibido?, ¿se han sentido cómodos/as?, ¿hubieran cambiado algo? La empatía es la mejor forma de potenciar igualdades.
Importante, a su vez, el análisis al lenguaje sexista de los medios de comunicación así como el tratamiento que se da a la violencia de género.

La vía más efectiva para terminar con los mitos encargados de perpetuar la diferenciación de géneros es lograr, desde un principio y desde edades tempranas, que chicos y chicas sean capaces de detectarlos, reconocerlos y sientan la necesidad de cambiarlos.

Hace años tuve la oportunidad de escuchar en una conferencia a Ana Mª Pérez del Campo, que decía así: “Todos los golpes son ʻsin querer’, porque todos son sin afecto, sin cariño, sin amor. Las promesas nacidas en la violencia se hacen para incumplirlas, son parte de ella; por eso, todos los golpes son los últimos, porque, en verdad, lo son hasta el siguiente”.

Saludos.

Una ventana para Generar Igualdad.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Hoy es mi primer día...

¡Hola!

Hoy, 24 de septiembre de 2011, empieza para mí una nueva etapa. Hoy dejo abierta para quien quiera asomarse esta ventana hacia la igualdad; pero no quisiera hacerlo sin antes presentarme.

Me llamo Montse Casasempere Ruiz, técnica superior en igualdad de oportunidades, y aunque mi primera formación estuvo más ligada al campo de las humanidades (soy licenciada en Historia del Arte y diplomada en Bilbioteconomía y Documentación) casi desde siempre he sentido la necesidad de dar respuesta y buscar los porqués de una realidad, afortunadamente cada vez más visible, aunque no por ello menos alarmante, como es la violencia que a día de hoy y en cualquiera de sus manifestaciones sufren las mujeres por el mero hecho de ser... mujeres.

Esa inquietud es la que me ha llevado a buscar respuestas desde una formación centrada, en un primer momento, en la violencia de género como tal: postgrado en malos tratos y violencia, actuaciones frente al maltrato familiar, intervención en violencia de género desde la óptica de la psicología clínica aplicada, al margen de talleres sobre prevención y análisis de medidas orientadas a la recuperación de las víctimas.

Con el tiempo he ido comprendiendo que la violencia de género es una más de las múltiples formas en que pueden manifestarse las desigualdades que sufre la mujer en la sociedad actual y ése ha sido el motivo que ha conducido mis pasos hacia una formación orientada a la igualdad de oportunidades y más específicamente en el ámbito laboral como agente de igualdad en la empresa lo que me ha proporcionado conocimientos en el diseño, diagnóstico, implementación y evaluación de planes de igualdad aplicables al contexto empresarial.

Y en esto me encuentro ahora, en la lucha por conseguir cumplir un sueño como objetivo: lograr la igualdad efectiva y real entre hombres y mujeres a todos los niveles y conseguir que las mujeres seamos tan audibles como visibles.

Me gustaría compartir este espacio contigo. La ventana está abierta.

¡Asómate!