martes, 10 de enero de 2012

De lo que se pensaba sobre la mujer a lo que se piensa…

Estos días de “supuesto descanso” me han brindado la posibilidad no sólo de un reencuentro esperado y ansiado con familia y amistades, sino también del descubrimiento de pequeñas -en lo que al formato se refiere- obras de los años 30 (escondidas en lo alto de la librería de una casa muy antigua) Selección de pensamientos de la editorial Tartessos con títulos como: Lo que se ha dicho de las solteras; Lo que se ha dicho de las viudas; ¿Belleza?, ¿fealdad? Amor; Lo que se ha dicho de las casadas y Lo que no se ha dicho de las mujeres. Del diario íntimo de un hombre mujeriego, de una modista, de un peluquero y de un filósofo. De por sí, más que sugerentes invitaciones a la lectura. ¿No os parece?


Desde el primer momento sentí curiosidad por el mensaje que podrían contener y que, en cierta manera, me ayudarían a concluir si de un tiempo a esta parte -recordemos que las publicaciones son de los años 30- hemos avanzado en lo que a estereotipos y roles atribuidos a las mujeres en la sociedad se refiere…

A vuestro juicio dejo sentencias del tipo…

- “Si a una mujer le importa no sólo el dinero sino también el hombre que lo da, entonces es que ya quiere a éste desinteresadamente”.
¿Y a mí esto de qué me suena? La mujer no concibe el amor si no es como vía para la obtención de un beneficio material. Binomio mujer-dinero…Ya veis que no es nuevo y no deja de estar de plena actualidad…

- “¿Mujeres mentirosas? La mujer no puede mentir, sino a través del oído del hombre. Para que una mujer pueda mentir de veras, siempre le hace falta un hombre tonto que le crea su mentira. Sólo necesita uno: pero, en realidad, ella siempre encuentra dos por lo menos”.
Y ¡claro! Con este panorama y poniéndonoslo tan fácil ¿quién quiere dejar de mentir? Pues eso…La mujer per se, miente más que habla…

- “Cásate con aquella mujer fea. Después ella sólo tendrá una preocupación: demostrarte cuánto agrada a los demás hombres”.
Porque somos así: infieles por naturaleza…

- “[…] Probablemente, nacimos para ser orientadas, para ser dirigidas, y cuando la vida nos obliga a decidir por cuenta propia, hemos de luchar con la íntima suspicacia que inspira el subconsciente de nuestra debilidad”.
¿A qué os recuerda?: No vales nada, sin mí no eres nadie, si no fuera porque estoy aquí, ¿qué harías / vas a hacer sin mí? En fin… Discursos que, a fuerza de ser tan repetidos, desgraciadamente han arraigado con tanta fuerza que nos cuesta sobremanera desmontarlos…

- “En todas las mujeres perdura indefinidamente la huella del primer amor […]. Luego…ellas son – o somos- lo que el primer hombre que cruzó nuestro camino señaló como rumbo al caminar”.
Cualquier valoración está de más…Menos mal que, hoy por hoy, nos estamos demostrando que somos perfectamente capaces de marcarnos nuestro propio paso sin necesidad de un guía 24 horas…

Y así Voltaire se quedará con ganas de repetirnos aquello de “necesitada de un amo, la mujer joven se somete a un amante, y la vieja a un confesor” o Byron eso de “las muchachas debieran ser amaestradas en los quehaceres de su casa, se las debería alimentar y vestir bien, pero no mezclarlas en sociedad. Deberían estar instruidas en religión, pero ignorar la poesía y la política; no leer sino libros devotos y de cocina. Para lograr un marido tienen bastante”.

Y aunque esto suena a discurso desfasado, trasnochado y más que superado… ¿de verdad creéis que es así? Leed prensa, escuchad comentarios, ved los programas de televisión, oíd las letras de las canciones…el fondo que nos rodea…y me temo que llegaremos a la misma conclusión: en la actualidad, en pleno siglo XXI, recién iniciado el 2012 se mantienen y se repiten patrones conductuales que deberían estar más que superados; sin embargo, no es así y a las pruebas me remito…

Saludos,
Una ventana para generar igualdad

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